Blogia
Un día de marzo en septiembre...

Servilleta

Servilleta Los domingos son los días del silencio (Ssshh...),
cuando el mediodía es a las 4 o a las 5 de la tarde,
cuando las cortinas se mecen solas
y las persianas tienen la vista entornada.
Aún no he comido nada desde el desayuno, ni me apetece. Y para matar este espacio de tiempo vacío, había decidido darte un toque al móvil, pero "su saldo está agotado..." Aún así, guardo otros recursos bajo la manga de mi pijama azul: he cogido una servilleta de papel, la de la cena, la que guarda olor a dulce, y te he escrito en ella, en la parte inferior derecha, con mi pluma de Jordi Labanda... La tinta, azul-morada, se ha dispersado por los poros de la servilleta como un hilito de agua, mojando los labios de marrón chocolate. Y todo para mandarte un mensaje:
Una servilleta para Pablo. Un beso.

Tenías curiosidad y te aventuraste entornando los ojos hasta alinearlos con el horizonte...
Maga, Astrolabios.

0 comentarios